Brokeback Mountain, una maravilla infravalorada.
Mucha gente dice que esta película es normalita, que lo único por lo que llama la atención es por que se trata de la historia de amor de dos vaqueros gays. En absoluto, esta historia es una de las mejores historias de amor que se han filmado jamás en el globo.
No es sólo la historia que se nos cuenta, lo más importante son los personajes, sus gestos, lo que dicen, lo que callan, su tono de voz, su ira, su tristeza, su melancolía, su personalidad. Puede parecer una película tosca, puede parecer una película de amor sosa, pues no hay demasiados cariñitos ni arrumacos, claro que no joder, son dos baqueros, pese a sus gustos sexuales, son dos hombretones.
Precisamente en esta película, en esta historia de amor protagonizada por dos vaqueros gays, es donde mejor se aprecia el rol femenino (Puto Jack Twist) y el rol masculino (Ennis del Mar). Mejor que en cualquier otra película heterosexual en el que se da por entendido quien es el hombre y quien es
Luego tenemos al traumatizado hombre, al señor Ennis del Mar, un personaje complejísimo, tan lleno de matices como de colores el arco iris (y nunca mejor dicho), es un personaje que me recuerda mucho muchísimo a Jake La Motta (Rober DeNiro en Toro Salvaje) es un auténtico machote del oeste, un vaquero duro, violento. Con un padre que le marcó profundamente y le metió el miedo y la inseguridad en el cuerpo al amenazar su naturaleza. Ennis del Mar es un torbellino de ideas, pensamientos, emociones, sentimientos, que se encuentran, que se enfrentan y que se llevan todo a su paso, salvo a su fidelísima hija que le perdona todo y que supera con devoción cualquier decepción del padre. Ennis del Mar no sabe si es gay, no quiere serlo, pero no puede evitar estar profundamente enamorado del "puto Jack Twist", le ama pero tiene miedo a ese amor, el marca el ritmo, el decide cuando verse, cuando huir y sobre todo decide no unirse nunca. Aparenta seguridad por fuera, aún así en ciertos momentos se derrumba, se viene abajo visiblemente, públicamente. Pero ya vemos su sufrimiento interior, cuando al separarse de Jack Twist y no saber si lo va a volver a ver, se esconde, vomita, llora y se enfada. Ennis del Mar vive enfadado por no aceptarse a sí mismo, porque se da miedo a sí mismo, se ve como un monstruo, su padre se encargo de que se viese así. Quiere a Jack Twist, él no ama a las mujeres, no ama a los hombres, él ama a Jack Twist, al "puto Jack Twist" como dice él. Y en su amor es muchísimo más fiel que su compañero, pues este no necesita irse de putos ni liarse con otros, sus relaciones con las mujeres fallan todas y a duras penas salva la relación con su hija. Ennis del
Y los dos actores están estupendos, los dos actores lo hacen de una forma magnífica, pero el personaje de Ennis del
Tiene pocos momentos cariñosos, incluso casi los hay más de pasión furiosa que de romanticismo, pero el poco que hay, lo poco que se dicen, es un diamante, es un milagro, es lo que les da vida, lo que les anima a aguantar años y años en esa situación.
Pensaba no hace mucho, que estaban muy mal diseñados estéticamente los personajes, que no se les veía envejecer, que llegaba un momento en que Ennis del Mar parecía ser compañero de clase de su hija. Pero tras volverla a ver creo que lo entiendo. ¿Por qué Ang Lee dejaba ese fallo tan a la vista? ¿Por qué en una película tan cuidada visualmente ese fallo no estaba apenas disimulado? Porque no es un fallo. Ellos no se ven envejecer, ellos se ven -pese a los cambios de look inevitables- como se vieron cuando se conocieron, porque ellos sólo se aman en Brokeback Mountain.
Para muchos, la película seguirá siendo una película que se aprovechaba de la polémica de ser dos vaqueros gays, yo creo que es la película que necesitaba esta historia para decir bien claro (aunque parece que no tan claro visto lo visto) lo que tenía que decir. Y sin Ledger que es el 50 % de la película (el resto estaría entre Jake Gyllehaar, la bellísima fotografía y la melancólica pero hermosa BSO) esta película no hubiese sido nada. Porque Ledger es Ennis, lo hace suyo.
Por otro lado la fotografía juega un papel importante en la película, sobre todo en Brokeback Mountain, ese paisaje tan vivo y a la vez tan apagado por el frío, ese paisaje velado acompañado por una de las mejores bandas sonoras que yo he escuchado y no sólo por su belleza sino por lo bien escogida y lo bien que acompaña.
Brokeback no es una historia de amor, es una película de gestos, de caricias furtivas, en el que este gesto:
Se convierte en la más poderosa, peligrosa y prohibida muestra de afecto, mucho más “amorosa” que cualquier diálogo o situación que se da en el 90% de películas de corte romántico de los últimos tiempos.
Para Ennis del Mar, la muerte de su amante es su liberación. Ahora sí puede quererle libremente, sin sentirse culpable (es duro pero es así) y este abrazo a una camiseta que significa tanto:
Es la muestra de amor más fiel, más potente, más pura, más sentida que se ha llevado a la pantalla en lo que llevamos de milenio como poco. Cuando la veo, aún se me encoge el corazón, aún me maravillo ante la poderosa fuerza de su amor que arrasó con el mundo entero.
Brokeback Mountain es todo lo contrario a la superficialidad, porque para apreciarla de verdad, para encontrar el caramelo te has de atrever a atravesar el envoltorio.
Es una película que va más allá de las opciones sexuales, el sexo es lo que los protagonistas más fácil tuvieron, es lo primero que ocurrió, llegó antes que los pocos mimos que se permiten dar.
Es un Romeo y Julieta con mucha más complejidad psicológica.